1. Poner agua en la cubitera.
2. Mezclar el agua con pequeñas gotas de colorante alimenticio. (yo trabajo con este colorante porque así si los niños/as se lo ponen en la boca o lo chupan no pasa nada, pero también se puede diluir con pintura de dedos)
3. Meter en el congelador.
Nosotros hicimos este proceso antes de irnos a casa y lo dejamos un día entero. Nada mas llegar a la mañana siguiente, abrimos la nevera y ¡magia! ya teníamos hielo de colores.
Salimos al patio con ellos ya que hacia un día de sol estupendo, nos quitamos la ropa y nos pusimos la bata para no mancharnos y manos a la obra, a trabajar como unos verdaderos artistas!
Esta actividad fue muy muy divertida, ¡seguro que la volvemos a repetir!
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